LA HISTORIA DEL PIRULI QUE SE CAYO ENTRE LAS ORTIGASUna niña se compró un pirulí de los pequeños con sabor a caramelo. Los grandes con rayas de colores y los que tienen figuras y flores eran demasiado caros para la niña.
Se fue a casa y por el camino ya iba lamiendo el caramelo, pero con cuidado, pues quería tener mucho tiempo algo que chupar.
La niña tropezó y el pirulí cayó entre las ortigas.
La niña aparto las ortigas con un palo. Y, entonces, se quedó pasmada: ahora el pirulí era tres veces mayor que los que tiene rayas de colores, cuatro veces mayor, cinco veces mayor y se había hinchado tanto como un balón de fútbol. ¿Tanto le habían picado las ortigas!.
La niña se alegró. Enseguida empezó a lamerle, para que las picaduras de las ortigas no le escocieran tanto al pirulí.
Escondida tras las tejas, esperando el momento preciso para saltar y volar por el cielo azul de la mañana, llenos de nubes de azúcar con forma de dragón.
Observándome en la distancia con miedo a acercarte y provocar que estalle una ola en el mar de mis ojos.
Tus ojos se clavan en los míos y me llenan el corazón de paz y amor, y con sólo una caricia haces que mi tristeza se convierta en alegría.
Miro mis ojos en el espejo y les comparo con los ojos de la Laura de 1 año.En esos ojos de bebe existia la felicidad, la inocencia y las ganas de vivir.En la mirada de la Laura de 19 se sigue apreciando aunque más debilmente las ganas de vivir. Pero la inocencia desapareció convirtiendose en rencor, y la felicidad, sólo aparece a veces, cuando la tristeza está cansada de sufrir...........