jueves, febrero 23, 2006

El viaje


Anoche viajé por los planetas.
Llegue a la luna y allí encontré a mi amor loco, mis sentimientos más profundos.
En Marte hallé la fuerza que me hacía falta.
Sentada en el enorme banco de Júpiter recordé. Mi pasado brotó en el aire rojizo inundando todo el planeta.
Al llegar a saturno los espectros de mis verdaderos amigos me estaban esperando con los brazos abiertos.

Los problemas llegaron al pisar en Urano. Los cambios me golpearon como una ola de aire frío e invadieron todo mi ser. Un enorme espejo me reflejó. Había cambiado pero todavía no había acabado mi viaje.
Por fin llegué a Neptuno. Mi temido planeta. Pude observar claramente a mi burbuja. Y sí, llegué a salir, respiré hondo. No encontré a un demonio en mi reflejo. En realidad no vi nada. Pude salir de mi burbuja pero seguía sin haber terminado mi viaje por el espacio.
Salí de Neptuno y me dirigí hacia Plutón, pero no pude entrar, ya que no había encontrado nada en mi reflejo.

Salí de allí triste y confundida y me di cuenta de que me quedaban otros dos planetas que visitar: Venus y Mercurio.
Aterricé en Venus y me encontré con mis sueños. Todo lo que quería llegar a ser y tener estaba allí. Mi futuro me dijo que no había visto nada en mi reflejo porque necesitaba más tiempo, pero eso no significaba que yo no tuviera reflejo, este estaba en Neptuno pero no había llegado a verlo. Me preocupé por aquello. Mi destino me animo diciéndome que solo necesitaba dejar pasar el tiempo y entendería mi realidad.
Salí en dirección a Mercurio. Fue increíble lo que me encontré. Una paz inundó mis sentidos y mi alma. Miles de mariposas revolotearon a mí alrededor. Un valle maravilloso se alzaba a la vista y por primera vez en mi vida sentí paz conmigo misma. Mi mente dejó de pensar en mis problemas y empezó a ver lo positivo de las cosas.

Sigo sin ver mi reflejo. Soy joven para haberme encontrado a mi misma pero se que por lo menos algún día lo haré. Mi mente necesita crecer pero tengo el consuelo de que mi corazón está lleno de amor por la vida y por las personas que realmente merecen la pena y que me quieren, y eso es lo que realmente he encontrado en mi viaje.
Ahora sólo me queda poder esperar y prepararme para el siguiente viaje, el más duro de todos.